El trastorno temporomandibular (TTM) es un conjunto de problemas que afectan a la articulación témporo-mandibular (ATM), que es la articulación que conecta la mandíbula con el cráneo. Esta articulación permite realizar movimientos como masticar, hablar y tragar, y cuando se ve afectada, puede causar dolor y dificultades para realizar estas funciones esenciales. El TTM es más común de lo que se cree y puede afectar tanto a hombres como a mujeres, aunque es especialmente prevalente en mujeres de entre 20 y 40 años.
Los síntomas del TTM pueden variar de una persona a otra, pero los más comunes incluyen dolor o sensibilidad en la mandíbula, alrededor de la oreja, en los músculos faciales o en el cuello. Este dolor puede intensificarse al masticar, hablar o abrir la boca. Otros síntomas incluyen ruidos como clics o chasquidos cuando se mueve la mandíbula, dificultades para abrir la boca completamente, bloqueo de la mandíbula (cuando no se puede mover de manera fluida) o sensación de rigidez en la zona de la mandíbula.
En algunos casos, el TTM también puede desencadenar dolores de cabeza frecuentes, vértigo, mareos o tinnitus (zumbidos en los oídos). Estos síntomas pueden afectar de manera significativa la calidad de vida, causando molestias continuas y limitando las actividades cotidianas.
Las causas exactas del TTM no siempre están claras, y a menudo, varios factores pueden contribuir al desarrollo de este trastorno. Entre las causas más comunes se incluyen:
El TTM puede tener un impacto significativo en la calidad de vida de quienes lo padecen. El dolor crónico puede interferir con las actividades diarias, como comer, hablar y dormir. Las personas con TTM pueden experimentar dificultades para masticar ciertos alimentos, lo que puede llevar a una dieta limitada. Además, los ruidos articulares y las limitaciones de movimiento pueden generar frustración y ansiedad.
El dolor en la ATM también puede desencadenar dolores de cabeza tensionales o migrañas, lo que agrava aún más el malestar. En muchos casos, los problemas de la ATM están relacionados con la tensión muscular en la zona cervical, lo que puede generar rigidez en el cuello y los hombros, lo que empeora la calidad de vida.
El tratamiento del TTM depende de la gravedad y la causa del trastorno. En muchos casos, los tratamientos conservadores como el uso de férulas o protectores dentales para reducir el bruxismo, la terapia física para relajar los músculos de la mandíbula y el cuello, y el manejo del estrés son efectivos. En casos más graves, puede ser necesario el uso de medicamentos para controlar el dolor o la inflamación, o incluso intervenciones quirúrgicas, aunque estas son menos comunes.
Un diagnóstico temprano y un tratamiento adecuado pueden ayudar a reducir los síntomas y prevenir complicaciones a largo plazo. Si experimentas síntomas de TTM, es recomendable consultar a un especialista para obtener un diagnóstico adecuado y explorar las opciones de tratamiento disponibles.
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