La tendinitis es una de esas dolencias que más guerra dan en el día a día. Si alguna vez has sentido dolor en una articulación tras repetir un mismo gesto una y otra vez, lo más probable es que un tendón se haya quejado. Y es que, aunque existen diferentes tipos de tendinitis, todas comparten algo en común: la inflamación del tendón, ese cordón que une el músculo con el hueso y que permite el movimiento.
En la consulta de traumatología es bastante común ver casos de personas que, por su profesión, por edad o por exceso de actividades, han desarrollado algún tipo de tendinitis en el hombro, la muñeca, el codo o incluso en el famoso tendón de Aquiles.
El dolor es la primera alarma. Cuando un tendón se inflama, lo notas. Y no solo porque moleste al mover la articulación, sino porque muchas veces esa sensibilidad se queda incluso en reposo.
Los síntomas más habituales de la tendinitis son:
No todas las personas tienen los mismos síntomas, y ahí entra en juego la importancia de un buen diagnóstico médico para no confundir la tendinitis con otras lesiones parecidas.
Como te decía, hay varios tipos de tendinitis, y algunas son más frecuentes que otras. Vamos a repasarlas una por una para que las tengas claras.
La tendinitis de hombro es muy común, sobre todo en gente que hace deportes de lanzamiento o que trabaja levantando peso por encima de la cabeza. El manguito rotador es un conjunto de músculos y tendones que mantienen la articulación del hombro estable. Cuando alguno de esos tendones se inflama, aparece la temida tendinitis del manguito.
Seguro que has oído hablar de la tendinitis de Aquiles. El tendón de Aquiles es el más fuerte del cuerpo, pero también uno de los que más sufre. Correr, saltar o incluso andar con mal calzado puede provocarle una inflamación. Es típico en deportistas, pero también aparece con el envejecimiento, ya que el tendón pierde elasticidad.
También conocida como “rodilla del saltador”. Afecta al tendón que une la rótula con la tibia y se nota como un dolor justo debajo de la rodilla. Se da mucho en baloncesto, voleibol o atletismo, donde hay saltos continuos.
En la muñeca y las manos también aparecen casos frecuentes:
Se localiza en la parte frontal del hombro y se nota sobre todo al levantar el brazo hacia adelante. Puede ser aislada o acompañar a otras lesiones del hombro, como la del manguito rotador.
No hay una sola causa, sino varias que se combinan:
No todas las personas tienen las mismas probabilidades de sufrir tendinitis. Algunos factores de riesgo son:
Aquí es fundamental el papel del especialista en traumatología. Un buen diagnóstico evita confusiones y asegura un tratamiento adecuado.
El tratamiento depende del grado de la lesión y de la zona afectada, pero lo más habitual es empezar con medidas conservadoras:
La clave está en combinar tratamiento con una buena pauta de ejercicios de rehabilitación, siempre guiados por un profesional.
Lo ideal es no llegar a tener que tratarla. Para prevenir la tendinitis, ten en cuenta lo siguiente:
Con estas pautas puedes reducir mucho el riesgo de tendinitis, aunque siempre puede aparecer en determinadas condiciones.
En resumen, los distintos tipos de tendinitis afectan a varias zonas del cuerpo, desde el hombro hasta el tendón de Aquiles, pasando por el codo de tenista, el codo de golfista, la muñeca o las manos. Conocer sus síntomas, causas y opciones de tratamiento te ayudará a actuar a tiempo y evitar que se convierta en un problema crónico. Y recuerda: la prevención, los buenos hábitos de movimiento y la rehabilitación cuando hace falta son tus mejores aliados para mantenerte en forma y sin dolor.
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